Los TALLERES Y RETIROS tienen la particularidad de ser como un viaje; desde el comienzo de un taller hasta su final el participante tiene la posibilidad de transitar por muchos estados y conocimiento de sí mismo/a a través de las músicas y las propuestas que nos facilitan que la vivencia tenga ese matiz de “un antes y un después”


|  Cuerpo

|  mente

|  emoción

Cada modalidad tiene su particularidad; disfruto mucho de observar en las clases semanales como l@s alumn@s van evolucionando en el transcurso de un año momento a momento cuando tienen un compromiso real con ellos/as mismos/as y acuden con regularidad a las clases. Y los talleres tienen la particularidad de ser como un viaje; desde el comienzo de un taller hasta su final el participante tiene la posibilidad de transitar por muchos estados y conocimiento de sí mismo/a a través de las músicas y las propuestas que nos facilitan que la vivencia tenga ese matiz de “un antes y un después”....cuando uno sube a la montaña nunca baja igual...esta similitud. Los talleres tienen diferentes variantes; desde un taller para dar a conocer cierta técnica; como talleres monográficos que nos permiten profundizar en un tema en concreto.

En un retiro además se añade la convivencia lo cual ayuda a disfrutar y profundizar aún más; con la convivencia podemos hacer esta observación: “Todo lo que miramos afuera es un gran espejo de lo que no o sí estamos solucionando adentro”. Y en esta riqueza de compartir siempre hay lugar para una buena conversación, unas buenas risas, confidencias, juego y un tiempo para relajarse  del cotidiano.

Generalmente se realizan en espacios en la naturaleza donde el respeto por una buena alimentación y el cuidado de los habitantes del lugar hacen que sea una opción de descanso y de “vacaciones” (desconexión-conexión) ideales y bien nutritivas para nuestro cuerpo y nuestra alma.